Gracias
Dios... Ser agradecidos es una virtud que nos bendice, es una vacuna
espiritual que libra de muchos males. Hoy vivimos en una sociedad
desagradecida, hay demasiada gente ingrata. El desamor, la
autosuficiencia, y la mala educación abundan. Pero hermoso es poder orar
diciendo: "Bendice alma mía a mi Dios, bendiga todo mi ser su santo
nombre, bendice alma mía, a mi Señor, no olvides ninguno de sus beneficios. Él
es quien perdona todas mis iniquidades, quien sana todas mis dolencias;
quien rescata del hoyo mi vida, quien me corona de favores y
misericordias; quien sacia de bien mi boca de modo que me rejuvenece como el
águila. Salmo 103.
Gracias
Dios... Por los tiempos de tristeza, dolor y lágrimas pues me
acercaron más a ti, me fortalecieron y conocí tu gozo y tu paz. Gracias por
darme sabiduría y discernimiento en la revelación de tu palabra, gracias por
perdonarme y por corregir mis malas acciones. Gracias porque haces brillar
el sol sobre buenos y malos, tu palabra se cumple, tu misericordia nos alcanza
y nos ayudas a enderezar nuestros pasos. Aleluya.